A VUELTAS CON EL AGUA

El Partido Popular, fiel a sus ideales casposos de toda la vida, vuelve a la carga con el tan manido tema del trasvase. Un asunto del que ningún aragonés quiere volver a hablar. Un asunto por el que nos hemos peleado y maniestado hasta la saciedad, en Aragón, en Madrid, en Barcelona y en Bruselas. Un asunto que ha sacado a la calle a cientos de miles de aragoneses. Un asunto que parecía muerto, pero que el Partido Popular se está encargando de resucitar, con una enmienda para que los Presupuestos Generales del Estado contemplen la cantidad de 300 millones de euros para tal fin. Los populares siguen emperrados en el trasvase, en una técnica antediluviana, que se usaba en los 70, pero que no se usa ya en ninguna parte del mundo desarrollado, al existir otras técnicas para conseguir agua potable. Pero en lugar de  investigar en las nuevas técnicas, el PP prefiere quedarse anclado en el pasado, impulsando un trasvase, y miles de viviendas, centros de ocio y campos de golf en territorios donde el uso del agua tiene serias limitaciones. Unas limitaciones que también tienen muchas comarcas aragonesas. Pocos saben en Madrid, en Valencia o en Murcia, que el mayor desierto del sur de Europa no está en Almería, sino que está en los Monegros. Al igual que tampoco saben que muchas comarcas aragonesas reciben valores pluviales muy por debajo del límite que señala la zona desértica.

El Partido Popular debería dejar de usar el agua y la problemática de la sequía para su propio uso electoral, y avanzar en las nuevas técnicas para desalar agua, incidiendo en la reutilización y en la correcta gestión del líquido elemento. Con iniciativas como la de los 300 millones de euros, sólo conseguirá potenciar una inutil y esteril guerra entre Comunidades Autónomas.